
Aunque las visiones postmodernas ofrecen un mundo sin trabajo ni penurias, en Chile observamos una intensificación de las jornadas laborales, una extensión de las horas trabajadas, relaciones laborales jerárquicas y autoritarias, una presión creciente sobre los cuerpos, reflejada en sostenida accidentabilidad, enfermedades profesionales y molestias laborales (inscritas éstas, en una amplia zona de disconfort y disconformidad no regulada) y una debilidad social de los trabajadores para responder como sujeto de acción política. Todas estas paradojas de la modernidad, arrojan algunas duda sobre la unilateralidad del futuro ofrecido. Las cuatro notas que se presentan son distintas miradas sobre las penurias del …